¡HAY QUE DECIR LA VERDAD!

"Fuenteovejuna, otra vez", en el Colegio Mayor San Pablo, con caricatura de Lope de Vega más o menos asombrado

 

Por Alfredo MARQUERIE

 

Baltasar Magro, un joven director del que ya conocíamos otras realizaciones escénicas llenas de audacia y fantasía, nos ofreció en el Colegio Mayor San Pablo una revisión crítica admirable de la obra de Lope de Vega con el título de "Fuentovejuna, otra vez". El tablado, la sala, los pasillos centrales y laterales, las diapositivas, las proyecciones cinematográficas, la música de fondo y la introducción de dos coros, una a la manera grecolatina y otro contestatario e intemporal, dan a la pieza clásica un valor nuevo y renovado y la acercan, la aproximan al público de hoy, que la aplaudió con justificado entusiasmo.

Las manipulaciones efectuadas con el texto han sido: elección de cuadros sustanciales y alteración cronológica de los mismos, introducción de algunos leves anacronismos visuales, dos redes que que corren en determinado instante , para subrayar, plástica y simbólicamente, la sensación de captura y atrapamiento. Los partidarios de la arqueología y el inmovilismo teatrales no estarán de acuerdo. Yo sí; porque desde siempre sostengo la tesis de la licitud y de la conveniencia de la evolución de las formas.

El realizador consiguió algo desusado, infrecuente: incorporar al tan traído y llevado texto la mejor de las corrientes modernas: el criticismo de Bretch, la crueldad de Artaud, el convite a la participación de "living", algunos hallazgos corales y pantomímicos de Roy Hart y, por supuesto, el replanteamiento conceptual de Grotowski y su "teatro pobre". (Reconozcamos que Marsillach , González Vergel y algún otro director profesional lo ha hecho en otras obras).

El coro contestatario de "Fuenteovejuna, otra vez" sybraya que la figura del comendador, ajusticiado por el pueblo, fue siempre en las representaciones usuales un maniquí; que las implicaciones de algunos personajes en el texto-base obedecen. más que a un espíritu de justicia, a un acomodamiento circunstancial, no a un convencimiento leal, a una conversión.... Y que, en definitiva, como expuso magistralmente Torrente Ballester en uno de sus libros, "el premio a la victoria popular es un cambio en las relaciones de vasallaje. Fuenteovejuna pas a ser villa de realengo". Y nada más. Por eso el tozudo postrero del coro disconforme con lo que sucede en el drama, aguarda a que llegue la "solución decompromiso" de la última escena, para exponer que eso no resuelve nada con vistas al futuro.

El espacio escénico de Arranz, la luminotecnia y el sonido de Daga, la música de Cabrera, se hicieron tan dignos de elogio como la actuación de más de treinta intérprtetes con frase, entre los que citaremos, por vía de muestra, los de María Angeles Borrachero, Mercedes Roca, Gómez Fernández, Lana, G. Muñoz, Silos .... El feliz intento nos identifica con la auténtica modernización del teatro joven. ¡Ojalá cunda el ejemplo!.